Historia

La idea de crear esta regata la concibe D. Miguel Lopez Torróntegui, futbolista integrante de la famosa delantera sevillista “Stuka” de la década de los 40, el cual, en 1960, trata de llevar la rivalidad eterna entre los dos equipos de fútbol sevillanos al ámbito del remo. Para entonces en Sevilla ni siquiera existían las embarcaciones en que se disputa la prueba, el ocho con timonel, que eran y son barcos caros.

Entonces Torróntegui, junto con Miguel Muñoz Doyega, representante de la firma Molfort’s, primer patrocinador de la Regata, se dirigieron a los clubes de fútbol, que acogieron la idea con entusiasmo y adquirieron cada uno una embarcación, estando al frente de los clubes de fútbol D. Benito Villamarín y D. Ramón de Carranza.

La primera Regata se celebró el 16 de octubre de 1960. Por problemas de organización, la prueba se deja de celebrar tras la tercera edición, y no vuelve a hacerlo hasta la de 1970, por lo que a pesar de sus 60 años de historia, en este año se llevará a cabo la 54ª edición.

En todas ellas, cabe destacar el alto nivel deportivo de las tripulaciones, contando con la participación de la flor y nata del remo sevillano, con más de 15 remeros olímpicos (entre ellos el medallista olímpico Fernando Climent), 13 campeones del mundo y muchos más medallistas en Campeonatos del Mundo y Europa, y cerca de 200 integrantes en algún momento de las diferentes selecciones nacionales.

Tras la disputa de la última edición, el cómputo total de victorias se traduce en dominio del equipo sevillista, con 30 ediciones ganadas, frente a las 23 de la tripulación bética. Sin embargo, en las últimas ediciones, el dominio está correspondiendo a los béticos, que se han impuesto en la mayoría de ellas con una generación de remeros excepcionales y habiendo recuperado el apoyo total de la directiva del Real Betis Balompié, que ha creado incluso su sección de remo para respalda la clásica. Se equipara así al apoyo tradicional de la directiva del Sevilla F.C. tras una etapa en la que D. Manuel Ruiz de Lopera dio la espalda a la Regata.

Independientemente del palmarés histórico, lo que realmente mueve a los aficionados a seguir y disfrutar este evento deportivo es la rivalidad futbolística sevillana extrapolada a un escenario único, el río Guadalquivir, y a una prueba en la que sólo cabe la victoria o la derrota. El derbi del Guadalquivir.